MADRID - Luis Rubiales, inhabilitado durante 90 días por la FIFA como presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), ha anunciado este domingo que renuncia a su cargo después del conflicto suscitado por sus actos tras la final del Mundial femenino de Australia y Nueva Zelanda, cuando se tocó los genitales en el palco y dio un beso en la boca a la jugadora Jenni Hermoso en la entrega de medallas.
En un comunicado publicado en su cuenta de la red X (antes Twitter), Rubiales anuncia que a las 9:30 p.m. (21:30 horas) de este domingo ha comunicado al presidente interino de la RFEF, Pedro Rocha, su "renuncia al cargo", así como le ha informado de que ha hecho lo propio con su cargo en la UEFA para que su puesto como vicepresidente sea reemplazado.
El dirigente señala que ante "la veloz suspensión" provisional por parte de la FIFA durante 90 días y los demás procedimientos abiertos contra él, entiende que "es evidente" que no podrá volver a su cargo, por lo que "insistir" en quedarse "a la espera" y aferrarse al cargo no contribuirá "a nada positivo" ni a la propia RFEF "ni al fútbol español".
Rubiales, asimismo, afirma que está seguro de que su marcha traerá la "estabilidad" necesaria que permitirá que tenga éxito la candidatura de España, Portugal y Marruecos al Mundial de 2030.
Precisa que "hay poderes fácticos que impedirán" su retorno, recuerda "la gestión" de su equipo en los cinco años que ha estado en el cargo y asevera que no quiere que el fútbol español "pueda resultar perjudicado" por lo que entiende "toda esta campaña tan desproporcionada".
"Tengo fe en la verdad y voy a hacer todo cuanto esté en mi mano para que prevalezca", subraya Rubiales, quien expresa que sus hijas, familia y su gente querida "han sufrido los efectos de una persecución desmedida, así como muchas falsedades, pero también es cierto que en la calle, cada día más, la verdad se está imponiendo".
Concluye su escrito deseando suerte a trabajadores, asambleístas, federativos y gente del fútbol y da las gracias a los que le han apoyado.
Además de este comunicado, Rubiales también anunció su dimisión en una entrevista con el periodista británico Piers Morgan en su programa "Piers Morgan Uncensored", en la que dijo que no podía continuar con su trabajo.
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"Voy a hacerlo, por supuesto que no puedo continuar con mi trabajo", dijo Rubiales después de que Morgan le preguntara si ha llegado el momento de marcharse ante la continua presión, y explicó que tomó la decisión después de hablar con su padre y sus hijas.
"Ellos saben que no se trata de mí. Algunos amigos muy cercanos me han dicho: 'Luis, ahora tienes que concentrarte en tu dignidad y seguir tu vida; si no, probablemente vas a dañar a las personas que amas y al deporte que amas", explicó.
Rubiales señaló que ha tenido que "soportar mucho" en las últimas tres semanas pero reconoce que el asunto no solo le afecta a él, sino que su actitud puede perjudicar a "terceras personas". "Es lo más inteligente y lo que tengo que hacer", añadió.
Luis Rubiales, de 46 años, deja la RFEF después de cinco años convulsos por lo acaecido tras la final del Mundial femenino y tras asegurar en la última Asamblea General Extraordinaria del día 25 de agosto que no iba a dimitir, tras la cual fue inhabilitado por la FIFA, lo que motivó inicialmente que Pedro Rocha se convirtiera en presidente interino.
Los hechos han causado numerosas reacciones adversas en España y todo el mundo, así como incluso la Fiscalía ha presentado una querella en la Audiencia Nacional contra él, y pide investigar por los delitos de agresión sexual y coacciones con relación al beso que dio a Jenni Hermoso.