Bob Rohloff no esperaba encontrar el trabajo de sus sueños a los 16 años, ni que seguiría en la misma profesión el resto de su vida.
Este nativo de Wisconsin empezó a cortar el pelo en 1948, entrenando con su padre, Erv, que era barbero. Por aquel entonces, un corte de pelo costaba 75 céntimos.
"Lo creas o no, ganábamos mucho dinero cada semana y recibimos excelentes propinas", dice Rohloff, de 91 años. "Además, mi padre era mi mejor amigo, así que trabajar con él era muy divertido".
Siendo aún adolescente, Rohloff recibió formación práctica en peluquería en la Appleton Vocational School de Appleton, Wisconsin, a 20 minutos en auto de su pueblo natal, Black Creek.
Tras graduarse, Rohloff abrió dos peluquerías en Wisconsin y trabajó 18 años en Arizona.
Intentó jubilarse cuando él y su esposa Marian vivían en Arizona, pero se "desjubiló" a los pocos meses porque echaba de menos la camaradería y la conversación de la barbería.
Cuando él y Marian regresaron a Wisconsin en 2010, Rohloff aceptó un trabajo en la barbería familiar de Hortonville, pero siempre había acariciado la idea de volver a abrir su propia tienda.
En marzo, Rohloff conoció a Mark Karweick, otro barbero de Wisconsin, que tenía el mismo deseo de tener una barbería de la vieja escuela -decoración roja y blanca, precios bajos- en el estado al que llaman hogar.
En junio abrieron Bob's Old Fashioned Barbershop en Hortonville, Wisconsin.
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A estas alturas, Rohloff dice que no se imagina su vida sin trabajar en una barbería. "Estoy demasiado contento para dejarlo", dice.
SU CONSEJO NÚMERO 1 PARA LA CARRERA PROFESIONAL
El secreto de una carrera larga y satisfactoria es rodearse de los mentores adecuados, dice Rohloff.
Atribuye gran parte de su éxito a su padre, Erv, que le presentó a otros barberos que estaban contratando y siempre le dio consejos sinceros sobre "lo que realmente hace falta para ser barbero y cómo podía mejorar mi trabajo", añade.
Erv también le animó a mantenerse al día en los últimos estilos de barba y técnicas de recorte, entre otras habilidades, para que pudiera "seguir siendo competitivo en el negocio", dice Rohloff.
"Siempre me decía: 'Vas a aprender este oficio y a mantener tu licencia al día, y si no lo haces para siempre, no me importa, pero un día te va a gustar el hecho de tener licencia para hacer esto y tener una carrera a la que recurrir si dejas algún otro trabajo'", recuerda Rohloff.
En cuanto a encontrar un buen mentor, Rohloff recomienda empezar con alguien a quien admires en tu campo, o que tenga más experiencia que tú, y luego ver si "sabe escuchar" y está "entusiasmado por ayudar a los demás."
Rohloff honra el legado de su padre de tutoría y estímulo en Bob's Old Fashioned Barbershop.
"Intercambiamos técnicas de un lado a otro, siempre me está enseñando algo nuevo", dice Karweick, de 55 años, que se hará cargo de la tienda de Rohloff cuando éste decida dejar de trabajar. "Ha sido muy divertido".
En cuanto a lo que pensaría Erv de que su hijo siguiera cortando el pelo a los 91 años, "no se lo creería", dice Rohloff. "Pero él trabajó hasta los 85, así que creo que estaría orgulloso".
Este artículo fue publicado originalmente en inglés por Morgan Smith para nuestra cadena hermana CNBC.com. Para más de CNBC entra aquí.