El Restaurante mexicano La Taquería La Victoria es un lugar reconocido en el Área de la Bahía, pero la historia detrás de este éxito se centra en su dueño quien con esfuerzo y perseverancia logró salir adelante a pesar de las adversidades.
Marcelino Barrita, de 65 años, tiene claras sus raíces, llegó a EEUU procedente de Oaxaca, México con el único objetivo de trabajar para cumplir sus sueños.
“En los días de mi descanso iba a un restaurante que estaba aquí por la segunda, se llamaba la linterna Cerda y en los días de descanso nada más iba a ayudarlos a que me dieran la comida y a ir aprendiendo, así fue que me llamó la atención lo de la comida”, explicó Marcelino.
Con un compañero y la inversión del que en ese entonces era su jefe, inició su primer negocio en 1984 y tuvo la oportunidad de abrir más restaurantes y tiendas a lo largo de la Bahía.
Sin embargo, en 1993 realizó malas inversiones que provocaron que perdiera sus negocios.
Durante los años siguiente la vida de Marcelino se complicó aún más cuando obtuvo dos citaciones por conducir bajo los efectos del alcohol, algo que le costaría pasar tiempo en la cárcel.
“Aun sabiendo que tenía eso yo abrí sin pensar que tenía que hacer eso, si me hubiera puesto a pensar “tengo que ir a hacer mi tiempo” no hubiera abierto el negocio, pero no, yo le di, le di y le di”, afirmó Marcelino.
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Y así fue como en 1998 logró abrir la Taquería La Victoria en San José, iniciando con apenas unas libras de carne.
En 1999, le tocó cumplir 22 meses de cárcel, un recuerdo que, aunque ocurrió hace muchos años, aún le causa sentimiento por pensar en las personas que en ese momento lo ayudaron con dinero para abrir su negocio.
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“Yo quería pagarles porque si confió en mí no iba a darle excusa, dije denme tiempo le voy a pagar un día”, dijo Marcelino.
Así fue que luego de salir de la cárcel pudo expandir su negocio y al día de hoy ha construido un imperio que lleva el nombre La Victoria.
“El regreso de haber fracaso fue una victoria volver”, aseveró Marcelino.
Actualmente, Marcelino tiene seis Victoria y otros dos locales, uno italiano y el otro de venta de hamburguesas. En total son 8 locales y cuanta con entre 120 y 130 empleados.
Marcelino se convirtió en un ejemplo de que cuando se tiene un sueño y se quiere salir adelante todo se puede.
“Cuando fracasamos a veces pensamos que es el final, pero no es el final, es el comienzo de un nuevo principio”, destacó Marcelino.