LOS ANGELES - Solo dos semanas antes de que Starbucks cierre miles de sus tiendas para "entrenar a su personal sobre los prejuicios raciales", la cadena de cafeterías enfrenta una vez más el escrutinio después de que un barista en su ubicación de La Cañada apuntó a un cliente hispano con un insulto racista.
Pedro pidió dos cafés y recibió su orden con la palabra "beaner", o "frijolero", en ambas tazas en lugar de su nombre, le dijo a Telemundo 52.
"Es una palabra ofensiva utilizada para los latinos", dijo.
Pedro no cree que el insulto haya sido escrito por accidente porque el barista lo llamó una vez que su orden estuvo lista.
Él pagó por su pedido en efectivo, según un compañero de trabajo anónimo. Los baristas de Starbucks insertan manualmente el nombre de un cliente para sus órdenes cuando reciben un pago en efectivo. Esta realidad aumenta su creencia de que el insulto no fue un accidente.
"Eso es claramente racista", dijo Ana García, un cliente de esa tienda. "¿Qué puedo decirte? Es triste escuchar eso, para ser honesta".
En un esfuerzo por compensar la experiencia, la ubicación le ofreció a Pedro una tarjeta de regalo de 50 dólares.
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"No la acepté porque es como un insulto para todos, que te quieran comprar con una tarjeta de 50 dólares”, dijo.
En un comunicado, la cadena de café dijo que está trabajando para remediar el incidente.
"Esta no es la experiencia que queremos para nuestros clientes", dijo el comunicado. "Pedimos disculpas y estamos trabajando para corregir esto. Además, estamos investigando el incidente para garantizar que esto no se repita".
Starbucks se ha enfrentado a la indignación nacional luego de que un video viral de un teléfono celular mostrara a dos hombres negros en uno de sus locales en Filadelfia siendo arrestados por la policía. Los dos hombres, Rashon Nelson y Donte Robinson, estaban esperando una reunión de negocios que programaron en la tienda.
Poco después de su llegada, Nelson le preguntó al gerente de la cafetería si podía usar el baño, pero fue rechazado porque no había hecho una compra. Minutos después de la interacción, la policía llegó después de ser llamada por dicho gerente.
Se dice que el barista responsable de escribir el insulto en la locación de La Cañada tiene alrededor de 20 años.
Pedro espera reunirse con uno de los empleados del lugar el jueves y aunque no está seguro de cómo será de la interacción, espera que el barista sufra graves consecuencias.