NUEVA JERSEY - El propietario de la concesionaria de automóviles de Nueva Jersey, donde docenas de vehículos fueron arrastrados por las inundaciones repentinas durante el fin de semana, quiere dejar las cosas claras en medio de la reacción de los vecinos que culpan al negocio por desviar agua de la inundación a sus calles y hogares.
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El propietario de una concesionaria de automóviles de Nueva Jersey, donde docenas de vehículos fueron arrastrados por las inundaciones declaró que el daño a las viviendas alrededor del negocio no son su culpa.
La lluvia repentina durante el fin de semana arrastró varios autos de la concesionaria Chrysler Jeep Dodge hacia un río provocando el desvío de agua de la inundación a sus calles y hogares.
Frank Esposito, propietario de la Ruta 46 Chrysler Jeep Dodge en Little Falls, le dijo a News 4 en una entrevista exclusiva por televisión que comprende por qué los propietarios de las casas cercanas están molestos por el daño causado por las inundaciones, "pero yo no lo causé. Yo fuy un subproducto de eso."
El video que muestra a los vehículos siendo arrastrados por las inundaciones repentinas y acumulándose contra un puente en el río Peckman rápidamente se volvió viral después de las tormentas del sábado.
Cuarenta y dos automóviles en total fueron arrastrados y apilados uno encima del otro, y las autoridades dijeron que crearon una represa improvisada que desvió el agua hacia las calles e inundó las casas alrededor del río.
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El Alcalde de Woodland Park Keith Kazmark dijo el lunes: "No hay duda de que hubo una ola creada por el bloqueo de esos vehículos bajo la Ruta 46".
Pero Esposito niega eso, y le dice que los autos nunca formaron una presa y refuta la idea de que sus autos estaban demasiado cerca del río; de hecho, cuando el agua comenzó a subir, su equipo alejó todos los autos del río.
Esposito también señaló que en el video ampliamente visto, el agua superó al lote y al concesionario en sí. Mostró otro video desde la parte posterior del estacionamiento donde se veían los autos que se levantaban y se llevaban.
A medida que los propietarios continúan limpiando lo que queda de sus pertenencias, muchos aún culpan a la concesionaria.
Esposito se conmocionó en pensar en sus 130 empleados, muchos de los cuales se apresuraron a limpiar el lugar para que reabrieran el negocio.