Ruth Bader Ginsburg

Muerte de jueza Ginsburg da vuelco a elecciones: qué pasaría con su vacante en la Corte Suprema

Telemundo

La concentración se produjo luego de conocerse su muerte.

La muerte de la jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos, Ruth Bader Ginsburg, ya ha desatado un pulso entre republicanos y demócratas sobre la búsqueda de un sustituto, un asunto que cambiará radicalmente la dinámica de la campaña para las elecciones presidenciales de noviembre.

La Corte Suprema está compuesto por nueve jueces con puestos vitalicios y que tienen el poder de cambiar las leyes del país durante décadas. En concreto, juegan un papel crucial en temas como el aborto, los derechos de los migrantes, la privacidad, la pena de muerte y la tenencia de armas.

Los magistrados son nombrados por el presidente y tienen que ser confirmados por el Senado.

Para la derecha cristiana, la Corte Suprema es un asunto central y, por eso, este mismo mes, Trump renovó su promesa de nombrar a jueces que se opongan al aborto y prometan proteger el derecho a portar armas.

El líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell se comprometió el viernes a someter a voto al candidato que Trump seleccione para la Corte. En 2016, el mismo McConnell ignoró al sustituto que había elegido el entonces presidente Barack Obama (2009-2017) y ni siquiera sometió su nominación a voto, con el argumento de que no tenía sentido aprobarlo en un año electoral.

Para confirmar a un nuevo juez, McConnell necesita una mayoría simple, algo que podría conseguir si 53 de los 100 senadores republicanos se mantienen fieles a Trump. No obstante, el proceso de confirmación podría complicarse si hay deserciones entre los senadores republicanos más moderados.

Fallece la jueza Ruth Bader Ginsburg.

A continuación, un vistazo al proceso de confirmación y a lo que sabemos y lo que no sabemos sobre lo que está por venir:

¿PUEDE EL SENADO CUBRIR LA VACANTE ANTES DE LAS ELECCIONES?

Sí, pero eso requeriría que el proceso avance a un ritmo vertiginoso. Las nominaciones a la Corte Suprema suelen tardar alrededor de 70 días en pasar por el Senado y la última, la de Brett Kavanaugh, se demoró más tiempo. Los comicios presidenciales se celebrarán en 45 días. Sin embargo, no hay normas que establezcan cuánto debería durar el proceso una vez el presidente, Donald Trump, anuncie su elección, y algunos han avanzado más rápido que otros. Todo se reduce a la política y los votos.

¿QUÉ HACE FALTA PARA CONFIRMAR A UN NOMINADO?

Solo una mayoría. Los republicanos controlan el Senado por un margen de 53-47, lo que supone que, aún perdiendo tres votos, podrían confirmar al juez de su elección si el vicepresidente, Mike Pence, rompe el empate a 50.

Las nominaciones a la Corte Suprema solían necesitar 60 votos a favor para su confirmación si algún senador objetaba, pero McConnell cambió las normas en 2017 para permitirlas con apenas 51. Lo hizo cuando los demócratas amenazaron con obstruir al primer aspirante de Trump. Neil Gorsuch.

Fallece la jueza Ruth Bader Ginsburg.

¿CÓMO INFLUYE LA CAMPAÑA ELECTORAL?

Los republicanos tienen que defender 25 de los 38 escaños en juego en noviembre, y muchos de sus miembros más vulnerables se han mostrado ansiosos por terminar la sesión de otoño y regresar a sus circunscripciones para hacer campaña. El receso del Senado está previsto para mediados de octubre, aunque el calendario podría cambiar.

Pese a esto, muchos de los senadores en duda podrían ser reticentes a votar al nominado antes de enfrentarse a sus electores, y su opinión podría determinar en última instancia el calendario del proceso. McConnell es uno de los que debe revalidar su escaño este año.

¿PUEDE EL SENADO CUBRIR LA VACANTE TRAS LAS ELECCIONES?

Sí, los republicanos podrían votar por el nominado de Trump en las sesiones que se celebran luego de los comicios de noviembre y antes de que asuma el nuevo Congreso el 3 de enero. Con independencia de lo que ocurra en las presidenciales, se espera que los republicanos sigan al frente de la cámara alta durante este periodo.

El Senado podría tener de plazo hasta el 20 de enero, la fecha en la que el presidente asume el cargo, para actuar con respecto al nominado de Trump. Si el mandatario republicano sale reelegido y su candidato no ha sido confirmado antes de la toma de posesión, puede volver a presentarlo tan pronto como comience su segundo mandato.

¿CÓMO FUNCIONA EL PROCESO?

Cuando queda una vacante en la Corte Suprema, el presidente está autorizado por la Constitución a nominar a alguien para ocuparla. Depende del Comité Judicial del Senado examinar al aspirante y celebrar audiencias de confirmación. Una vez el comité da luz verde, el pleno del Senado realiza la votación definitiva. Este proceso atraviesa varios pasos que requieren mucho tiempo. Tradicionalmente, los senadores quieren reunirse y evaluar a los nominados ellos mismos, lo que supone semanas de reuniones en el Capitolio.

Y todo esto suponiendo que el proceso se desarrolle sin incidentes. En 2018, la confirmación de Kavanaugh tomó más semanas de lo previsto luego de que Christine Blasey Ford lo acusó de haber abusado sexualmente de ella cuando eran adolescentes. Kavanaugh negó la acusación fue confirmado por el Senado por 51 votos a favor y 49 en contra.

El presidente del Comité Judicial, Lindsey Graham, senador republicano de Carolina del Sur, rechazó realizar comentarios sobre los planes. Graham también se someterá a la reelección en noviembre.

¿NO DIJO MCCONNELL EN 2016 QUE NO SE DEBEN VOTAR REEMPLAZOS EN LA CORTE SUPREMA EN AÑO ELECTORAL?

Sí. McConnell sorprendió a Washington en las horas posteriores a la muerte del juez Antonin Scalia en febrero de 2016 al anunciar que el Senado no votaría al posible nominado del entonces presidente Barack Obama porque los votantes deberían dar su opinión al elegir al próximo inquilino de la Casa Blanca.

La estrategia de McConnell surtió efecto, y benefició a su partido. Obama presentó al juez Merrick Garland para cubrir la vacante, pero su candidatura nunca llegó a votarse. Poco después de asumir el cargo, Trump propuso a Gorsuch para el puesto de Scalia.

El viernes, cuatro años más tarde, McConnell dijo que el Senado votaría al nominado de Trump aunque quedan solo unas semanas, y no meses, para las elecciones.

SI NO SE PUDO EN 2016 ¿POR QUÉ AHORA SÍ?

McConnell dice que la situación es diferente porque el Senado y la presidencia están en manos del mismo partido, algo que no ocurría en 2016. Los demócratas califican el argumento de ridículo y sostienen que la vacante debería mantenerse hasta después de la toma de posesión del presidente.

Ciertamente, la política es diferente ahora, con el país sufriendo una letal pandemia. El Congreso no opera a plena capacidad desde primavera y gran parte de su trabajo rutinario, incluyendo los comités, se realiza a distancia para evitar la propagación del virus.

Ante la falta de una agenda legislativa sólida, las batallas judiciales se han convertido en el principal interés de McConnell, cumpliendo una antigua prioridad conservadora. Está construyendo su legado a base de confirmar a candidatos judiciales conservadores. Bajo su mando, el Senado ha confirmado a más de 200 jueces para tribunales federales de apelación y de distrito.

¿QUIENES SON LOS SENADORES A TENER EN CUENTA?

Con una escasa mayoría de 53 votos en el Senado, a los republicanos les sobran pocos votos. Susan Collins de Maine, Lisa Murkowski de Alaska, Mitt Romney de Utah, entre otros, son algunos de los senadores a tener en cuenta.

No se trata solo de las aptitudes del nominado de Trump, sino también de los cálculos políticos de una votación tan ligada a las elecciones que podría cambiar su postura. Collins está en una reñida carrera para su reelección en Maine, y ella y Murkowski llevan tiempo siendo observadas por su respaldo al derecho de la mujer a abortar, según la resolución Roe vs. Wade.

Murkowski y Romney se han mostrado críticos con Trump y protectores con la institución del senado.

Otros que se enfrentan a la reelección, incluyendo Cory Gardner, de Colorado, podrían enfrentar presión para no votar antes de los comicios o justo después, especialmente si pierden sus escaños.

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