TIJUANA- Un padre migrante dijo que vive los peores días de su vida al tener que estar lejos de sus tres hijos, luego de que fue deportado tras aplicar por una solicitud de asilo en Estados Unidos a través de CBP One.
Fueron casi ya dos meses en los que Moisés Vázquez, originario de El Salvador, no ha podido abrazar a sus hijos. Pues lo que comenzó con una esperanza, y un sueño de poder empezar de nuevo del otro lado de la frontera, se convirtió en una pesadilla.
“Sin mis hijos yo siento que el mundo se me cae encima, me derrumba. Yo siento que la vida sin mis hijos no tiene sentido para mí”, dijo Vázquez a TELEMUNDO 20.
Aunque nació en El Salvador, él creció y pasó más de 30 años en Estados Unidos. En 2010, fue deportado a Tijuana, donde residía desde hace más de 13 años.
Tras vivir una situación complicada con sus tres hijos, decidió solicitar asilo a través de CBP One, pero ahora se enfrenta a la separación más dolorosa de su vida.
El pasado 29 de mayo llegó junto con sus tres pequeños, Destiny, Beautiful, y Bryan de 15, 9 y 7 años, hasta la garita de El Chaparral con su cita a través de la aplicación, pero ahí comenzó todo.
“Y ya nomás me esposaron y mis niños se asustaron, yo no pregunté nada, me dijeron que me iban a llevar a checarme”, señaló.
Un crimen en sus antecedentes cometido en el que llama su “otra vida”, provocó la deportación de él, y la separación de su familia.
Dos de sus hijos, nacidos en México quedaron a disposición del Departamento de niños y familias de Los Ángeles, y Destiny, la mayor, bajo custodia de su tía, pues la adolescente es ciudadana estadounidense.
Autoridades locales en Tijuana, buscan apoyar a esta familia para lograr su reunificación, comentó Enrique Lucero, director de atención al migrante.
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“Y quedaron bajo custodia del departamento de la niñez de la ciudad de Los Ángeles, nosotros hicimos gestiones con el Consulado de México en San Diego y el Instituto Nacional de Migración y nos informaron que es un caso muy complejo y la decisión estará en la corte”, destacó.
Una decisión que tomará más tiempo de lo que Vázquez esperaba. Pues antes de ser deportado, solicitó una salida voluntaria de sus hijos para poder estar juntos de nuevo a la brevedad.
“Pero ahora resulta ser que están posponiendo la corte hasta septiembre y mis niños no quieren estar ahí. Ellos me dicen cuando yo hablo con ellos, personalmente me dicen ‘¿Papá ya nos vamos a ir contigo? ¿Ya vas a venir por nosotros?’, mis hijos no quieren estar ahí”, señaló.
Y es que Vázquez, dedicado al comercio, ha sido pilar de su familia luego de que la madre de sus hijos los abandonara hace 5 años.
Ahora, tras su deportación hace unos días, durmió en la calle, en un albergue, hasta que logró rentar una pequeña vivienda en la zona este de la ciudad. Sin muebles, sin nada material, pero con la esperanza de tener a sus hijos en este nuevo hogar y comenzar una vez más.
“Nos abandonó y los niños me quedaron chiquitos, yo he sido padre soltero por 5 años, los he sacado adelante trabajando y le he dedicado mucho tiempo de mi vida. Son todo lo que tengo, la bendición más grande que Dios me ha dado”, agregó Vázquez.
Ahora el único contacto que tiene con ellos es a través de videollamadas, mientras espera el día de poder abrazarlos de nuevo y seguir con su vida de este lado de la frontera.
Él dijo que espera poder obtener apoyo de algún especialista en migración del otro lado de la frontera o bien algún organismo de la sociedad civil que le pueda dar una mano en estos momentos en los que lo necesita para poder reunificar a su familia nuevamente en México.