La principal calle que atraviesa el pueblo de Pájaro está llena de tráfico otra vez, los negocios volvieron a abrir, pero la realidad es que la normalidad no ha regresado a esta comunidad.
La gente sigue reconstruyendo sus casas, la única escuela en Pájaro continúa cerrada y todo como recordatorio de que aún falta trabajo por hacer.
Entrar de nuevo por estas puertas significa volver a empezar para comerciantes como Araceli Soto, dueña de un negocio.
Tuvieron que pasar seis meses para que finalmente pudiera volver a abrir la tienda que por 12 años ha sido el principal sustento económico de su familia.
“Tuvimos pérdida total de todo, ahorita nos estamos recuperando, de hecho, apenas estamos arreglando aquí un poco”, aseguró Araceli.
Es que el pasado 11 de marzo su local fue uno de los cientos de propiedades inundadas tras el desbordamiento del Río Pájaro que obligó la evacuación de miles de residentes.
Residentes como Esperanza Esquivel y sus hijos quien recuerda esa madrugada, pero ahora desde su apartamento, que tuvo que ser reconstruido con piso nuevo y pertenencias que perdió a causa de la inundación.
“Yo nunca me imaginé que duraríamos tantos meses fuera de nuestro hogar desde marzo hasta septiembre”, dijo Esperanza.
Para entender por qué el agua llegó hasta aquí hay que situarnos en el río que sirve como frontera entre los condados Monterey y Santa Cruz, y remontarnos a 1949 cuando se construyó el dique que serviría como barrera para proteger a las comunidades y sembradíos.
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El detalle es que esta estructura cumplió su vida útil hace décadas así que en marzo pasado se rompió en tres secciones. Una de ellas permitió que el caudal se abriera, pasó por todo el pueblo de Pájaro.
Y cuando apenas empezaban a sentirse tranquilos, estos residentes recuerdan que el invierno está por llegar y con él la incertidumbre de que la historia se repita.
“Tenemos miedo porque, como dicen que no han arreglado el levee o que lo andan arreglando, no sé si sea cierto, puede pasar lo mismo, si no lo arreglan”, indicó Araceli. “Yo quisiera que arreglaran el dique para que no volviéramos a pasar esto porque es un trauma para nuestros hijos, y como yo que empecé de cero, te imaginas que ahora con las lluvias vuelva a pasar, otra vez deshacerme de todo, siempre voy a andar de un lado para otro”.