Las familias latinas que viven en casas rodantes en San Francisco se encuentran en una situación desesperada. Tras el desalojo forzado de la calle Winston a finales de julio, muchas de estas familias encontraron refugio temporal en Zoo Road. Sin embargo, la solución parece ser efímera, ya que ahora enfrentan nuevas amenazas de remoción y multas por parte de las autoridades locales.
A lo largo de Zoo Road, el domingo pasado, varias casas rodantes estaban marcadas con advertencias de la agencia municipal de transporte de San Francisco. Un aviso urgente indicaba que las casas rodantes debían ser movidas antes de la fecha límite impuesta. A pesar de que los rótulos del Departamento de Obras Públicas establecen el 14 de agosto como plazo para la mudanza, el temor a ser remolcados es inminente.
Arlens Arostequis, un residente nicaragüense, expresó su frustración: “En ningún lugar quieren. Donde sea que estés, la ciudad te saca. No te deja estar ni una semana ni dos semanas.” Arlens, quien recibió una multa de $200, explicó que, aunque la ciudad ha ofrecido asistencia para trasladar los vehículos a otros lugares o estados, él se enfrenta a un dilema debido a las necesidades educativas de sus hijas. “Tengo que ver la manera de que ellas terminen de estudiar aquí,” dijo.
La situación se ha agravado en los últimos días, con una notable reducción en el número de casas rodantes en el estacionamiento de Zoo Road. Algunos residentes han comenzado a abandonar el área, mientras que otros esperan hasta el plazo final del 14 de agosto sin saber adónde irán.
Un residente anónimo comentó: “Entonces va a haber un problema siempre porque aunque nos muevan de aquí, nos vamos a otro lugar. Nos movemos de ese lugar y nos vuelven a mover, es la misma rutina.”
El viernes pasado, la oficina de la alcaldesa London Breed emitió un comunicado en el que se afirmaba que la alcaldesa no está a favor de que las casas rodantes permanezcan cerca del centro Pomeroy, en Zoo Road. La ciudad está ofreciendo apoyo y alternativas de vivienda a los residentes, al tiempo que se esfuerza por hacer cumplir las leyes de estacionamiento.
En San José, la situación es igualmente crítica. En Sierra Road cerca de la avenida Lundy, una fila de casas rodantes ha sido reducida a solo dos después de que muchas fueron remolcadas. Un propietario anónimo expresó su angustia, señalando que sin su casa rodante no tiene dinero para un motel y no sabe dónde dormir.
Local
Los residentes han presentado quejas a la ciudad sobre problemas asociados con la comunidad de casas rodantes, como basura y ruido. Más de 100 residentes han firmado una petición en línea pidiendo intervención.
A medida que las ciudades buscan soluciones, la incertidumbre persiste para muchas familias latinas en San Francisco y San José. La presión de los desalojos y las multas, junto con la falta de alternativas adecuadas, mantiene a estas familias en una situación precaria. Aún esperamos una respuesta definitiva de las autoridades para resolver esta crisis que afecta a tantas personas vulnerables.
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