“Cualquier estudiante es bienvenido. La idea es que, cualquier joven que exprese interés en la música sea aceptado”, indicó Nick Kamozik, músico y director de Artogether.
En California, muchas escuelas carecen de clases de música debido a los recortes que hace varios años afectaron al sector de la educación.
Es por esta razón que, en Oakland, algunos estudiantes aprovechan un programa para aprender a cantar y a tocar instrumentos o para seguir ese entrenamiento que iniciaron desde niños.
Estos jóvenes usan sus manos y sus voces para demostrar su capacidad de interpretación.
Jefferson Sián llegó a EEUU hace un año procedente de Guatemala.
“Ha sido difícil, por mi familia, estamos separados y es un poquito duro. Al principio, cinco meses me tardó para aceptar esto”, aseguró Jefferson.
Desde muy pequeño este joven aprendió a tocar el saxofón y ahora estudia en la escuela preparatoria Oakland International donde la mayoría de los alumnos son jóvenes inmigrantes que aprenden el inglés como segundo idioma.
Carlos Roberto Cuz Bol, también procedente de Guatemala, estudia en la misma escuela que Jefferson y domina varios instrumentos de música.
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“Desde que salí de Guatemala, ya llevo como cinco meses, apenas acabo de venir y ya me estoy acostumbrando a estar acá”, dijo Carlos.
El adolescente asegura que su mamá lo llevaba a la iglesia donde aprendió a tocar varios instrumentos desde los trece años
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“Empecé con la batería y después pasé con la conga, güira, y después el piano”, indicó.
Además, toca la guitarra y dice que cantó con mariachi en su país natal.
Gracias al programa Artogether Carlos cuenta con una beca con la que podrá comprarse la guitarra que tanto anheló desde su infancia.
“Cualquier estudiante es bienvenido. La idea es que, cualquier joven que exprese interés en la música sea aceptado”, indicó Nick Kamozik, músico y director de Artogether.
La mayoría de estos jóvenes todavía no domina muy bien el inglés y, aunque Nick dice que habla poco español, comenta que lo que los une a todos ellos es la música.
“Tocamos instrumentos entre nosotros, leemos acordes y funciona”, aseveró Nick.
Funciona porque la música es un lenguaje universal. Son adolescentes que necesitan apoyo de forma incondicional, sin importar la nacionalidad.
“Cuando empezamos a ofrecer las becas, lo hicimos con un estudiante al inicio de la pandemia. Pero, en esta ocasión, estamos proveyendo instrumentos y clases de canto privadas para que estos cuatro jóvenes mejoren sus habilidades musicales”, explicó Nick.
“Desde que vine aquí, también nunca pensé de dejar mi sueño de comprarme un instrumento”, dijo Carlos.
Este programa de música está dirigido a todos aquellos jóvenes inmigrantes o refugiados que viven en Oakland y en ciudades cercanas.
Para más información sobre el programa visita https://www.artogether.org/ .
