La Ciudad de San Francisco pintó el miércoles círculos en la grama del Dolores Park en un esfuerzo por recordarle a los visitante que deben mantener al menos 6 pies de distancia para evitar contagios por coronavirus.
La imagen resulta de lo más curiosa en Dolores Park, una de las zonas verdes más icónicas de la urbe californiana, en el barrio latino de Mission, donde da la sensación de que se ha sustituido la hierba por una gigantesca alfombra estampada.
La idea es que quienes acudan al parque se asignen a sí mismos un círculo y no lo abandonen, garantizando así que en ningún momento estarán a menos de dos metros y medio de otros visitantes.
"Siento que si no tuviésemos círculos, la gente se apiñaría en todas partes", dijo Hania Osman de San José.
Dentro del círculo está permitido todo aquello que se quiera siempre y cuando no implique entrar en contacto con los ocupantes de otros círculos (no se puede, por ejemplo, pasarse una pelota de uno a otro círculo), pero se puede tomar el sol, leer, hacer estiramientos, malabares, fumar marihuana -legal en todo el estado de California- o charlar con los vecinos de los otros círculos.
Durantes varias semanas, el parque ha estado en medio de una controversia, ya que los residentes de la ciudad ha acudido al parque durante la orden de encierro preventivo debido a la pandemia provocando que la Alcaldesa amenenazara con cerrar el parque en varias oportunidades.
El San Francisco Recreation and Park dijo que vio a Nueva York usando círculos de tiza, por lo que decidieron probarlo.
Además de Dolores Park, la ciudad también ha dibujado círculos en el suelo de otras zonas verdes populares entre los residentes como Little Marina Green, Washington Square y Jackson Playground.
El fin de semana que empieza este viernes se prevé especialmente "peligroso" en este sentido, puesto que el lunes es festivo y la predicción meteorológica apunta a temperaturas muy altas y días calurosos en la ciudad, todos ellos factores que previsiblemente animarán a los vecinos a volver a llenar los parques.
La ciudad de San Francisco, con 881,000 habitantes, fue la primera gran urbe de EEUU en decretar medidas de confinamiento, y los expertos epidemiológicos coinciden en apuntar a esta decisión como una de las claves del impacto reducido que ha tenido el coronavirus dentro de sus límites: desde el inicio de la crisis sanitaria sólo ha registrado 40 muertos y 2,320 contagios.