San Francisco presentó esta semana el Plan de Resiliencia de la Calidad del Aire y el Calor (HAQR por sus siglas en inglés), el cual contiene 31 estrategias que le convertirían en una ciudad más resistente a las olas de calor y al humo de incendios forestales.
Las autoridades agregan que su enfoque es a mediano y largo plazo, y que ocho de las estrategias ya están en curso, entre ellas una que busca priorizar zonas para desarrollar la plantación de árboles.
Otra de las acciones que ya se ejecutan es la identificación de lugares en los que las personas pueden refugiarse de las altas temperaturas; y también apoyar a organizaciones que buscan implementar planes de respuesta, preparación y mitigación de emergencias.
En cuanto a las medidas a largo plazo, se mencionan establecer diseños que deben incluir futuras construcciones para garantizar la calidad del aire. También establecer un canal en línea para que residentes sepan qué recursos locales, estatales y federales tienen a su disposición.
Las autoridades agregaron que San Francisco es “particularmente vulnerable a los impactos del calor extremo en la salud pública”, en parte porque sus edificios e infraestructura están desarrollados para temperaturas costeras frescas, y no están aclimatados a las altas temperaturas.
“Toda la ciudad se ve afectada por las emergencias climáticas, pero algunas personas se ven más afectadas que otras. Es por eso que debemos hacer todo lo posible para mitigar de manera proactiva los riesgos que el calor extremo y la mala calidad del aire nos causan a todos, centrándonos en los que corren mayor riesgo ante las amenazas climáticas”, agregó a través de un comunicado Mary Ellen Carroll , directora Ejecutiva del Departamento de Manejo de Emergencias.
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