El negocio Mexico Bakery en San José se prepara para vender la emblemática rosca de Reyes.
“Meses de anticipación poder prepararnos para asegurarnos de cumplir con la demanda de la gente”, afirmó José Landin, copropietario de Mexico Bakery.
En forma circular representando el amor eterno de Dios, frutas secas, las joyas de las coronas de los Reyes Magos y la figura del Niño Jesús, simbolizando el momento en que María y José escondieron a Jesús para protegerlo del rey Herodes.
Familias en fila para recoger las roscas, una costumbre arraigada desde su niñez.
“Mi madre nos explicaba que cuando sacamos el muñeco era como sacar al niño Dios era porque iba a haber tamales para el Día de la Candelaria, aseguró Arcelia Salmerón.
Este año, un reto para panaderos fue la escasez nacional de un ingrediente clave, los huevos.
“Desgraciadamente hay producto como la mantequilla, la leche y el huevo que por cierto está carísimo, pero que es parte fundamental de nuestra receta. Necesitamos ordenar de último minuto”, indicó José.
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Pero eso no impidió que continuara la magia de los Reyes Magos, y con el pasar del tiempo, hay quienes también han reinventado la rosca, como en Panapolis, trabajando contrarreloj con su especialidad, roscas con un giro creativo a la tradición con nuevos ingredientes.
“Tradicional, tradicional rellena de nutella o de cajeta, y tenemos la panapolis special, que es la que tenemos con nutella y con ferreros, oreos en la parte de arriba que es nuestra especialidad del día de ahorita”, explicó Aldo Ortiz, propietario de Panapolis.
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Este tipo de roscas se venden como pan caliente, clientes esperando lo que sea necesario para llevar la magia a casa.
“Pues tengo un niño que está enamorado con todo lo que es nutella y mi esposa estaba viendo en las redes sociales que ellos tienen una rosca que tiene nutella y pues la tenemos que probar”, aseguró Nathan Casper, cliente.
Ya sea rosca clásica o combinada, lo que se mantiene intacto es la esencia que une generaciones para celebrar nuestra religión y cultura.
“Los niños tienen que saber de dónde vienen, lo que hacemos en el país y no quiero que pierdan esta tradición”, María Vélez, residente.
