La Ciudad de San José aprobó hace cuatro meses el cierre del mercado La Pulga con el objetivo de construir un complejo comercial y habitacional en los terrenos del lugar, una acción que llevó a los trabajadores a manifestar por esta decisión.
Sin embargo, este conflicto está lejos de terminar luego de que se dieran a conocer los términos que los dueños del mercado establecieron para que los vendedores puedan permanecer en los 5 acres de espacio que se les otorgaron.
Los comerciantes tendrán que pagar $300 de depósito para alquilar el espacio y si desean hacerlo por un periodo de seis meses deberán pagar el depósito por adelantado.
“Pagar seis meses adelantado es injusto y sorprendente para nosotros, no era lo que teníamos en mente en junio cuando estábamos arreglando y haciendo esta organización”, dijo Roberto González, presidente de la Asociación de Vendedores de la Pulga de San José.
A través de un comunicado, la administración de La Pulga aclaró que no están desalojando a nadie y justificaron que establecieron el depósito reembolsable para sopesar los gastos de los espacios desocupados, arreglos y limpiezas.
En cuanto al plazo prepagado de seis meses, aseguran que se planteó a pedido de los locatarios. Y lo hicieron bajo una modalidad de “licencia”, no de “renta”, que especificaron no es obligatoria.
Sin embargo, los vendedores han expresado su desacuerdo ante estas nuevas medidas, ya que las consideran injustas.
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“Burlarse en nuestras caras por pedir los seis meses, decir ok querían los seis meses, es a nuestros términos, si les gusta, bien, si no pues váyanse”, indicó González.
No obstante, los arrendadores explicaron el término comparando la situación con un pase de temporada para el estadio. Para reservar el mismo sitio el beneficiario debe prepagarlo y según dicen, aplica lo mismo aquí.
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Y aunque los afectados aseguraron que le pidieron ayuda a las autoridades locales al parecer éstas les dijeron que no harán nada.
“Pedimos la ayuda de la comunidad, porque la ciudad nos dijo que no va a hacer nada”, afirmó Mariana Mejía, vicepresidenta de la Organización de Vendedores de la Pulga.