En la tierra del presidente López Obrador hay unos 50,000 afectados.
MÉXICO - Las lanchas se han convertido en el único medio para moverse en las comunidades del estado de Tabasco, en el sureste de México.
Ahí la gente ha tratado de sobrevivir durante toda esta semana, luego de que las lluvias están provocando que los ríos que rodean a estas comunidades se desborden.
María del Carmen López y su familia montaron una improvisada habitación a un lado de la carretera, desde ahí pueden ver su hogar sumergido y el nivel del agua que, a pesar del paso de los días, no desciende.
"A nosotros se nos echó a perder, atrás teníamos plátano, yuca, todo se nos echó a perder que era la manera en que sobrevivíamos", dice López.
Esta familia al igual que cientos más había sido afectada hace menos de un mes por la tormenta Gama y el huracán Delta; apenas estaban volviendo a la normalidad, cuenta Doris Gómez, cuando fueron alcanzados nuevamente por la desgracia.
"Imagínese si sigue subiendo nos quitan la luz, qué vamos a hacer con las criaturas; es lo que me pregunto, yo tengo dos, mi cuñada cuatro", dice Gómez.
Algunos de los colonos han preferido abandonar la zona: como pueden, llevan lo que consideran más valioso y dejan atrás su patrimonio, pero otros como Saúl López se quedan a pesar del peligro.
"Aunque quisiéramos, no hay para donde", lamenta López. "Ahora sí que aguantar hasta que nos corten la luz, a ver hasta donde se resiste".
En diversas colonias y municipios los tabasqueños han comenzado a tomar medidas adicionales porque la alerta de lluvias continua y con ello la amenaza de inundaciones permanece activa.
Ante la situación las autoridades del estado aseguraron que la emergencia está en el punto más crítico y preparan un plan mayor de evacuación de las zonas de riesgo.
"Hay albergues, refugios, donde estamos en coordinación con ejército, marina y gobierno", afirma el gobernador de Tabasco, Adán López.
En Villahermosa, la capital del estado, en las casas y negocios construyeron barreras con costales y madera, y en las zonas más vulnerables solo esperan que la naturaleza tenga piedad de ellos.
