La caravana de miles de hondureños que pasaría por Chiapas se disolvió en Guatemala.
La mayoría de los migrantes hondureños volvió a su país y solo quedan algunos en la zona.
Los integrantes del Instituto Nacional de Migración y la Guardia Nacional permanecieron día y noche a las orillas del río Suchiate, en Chiapas, y en el área del Ceibo en Tabasco, a la espera de los cientos de migrantes que avanzaban hacia esta nación pero fueron contenidos en Guatemala.
"Se hablaba de 2,500 integrantes, ya no. Son muy pequeños grupos, no hay ningún problema", aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La mayoría de los participantes de la caravana que partió desde Honduras la semana pasada, regresaron a su país de origen, algunos voluntariamente y otros al ser detenidos.
"Volveremos a Estados Unidos, vamos a volver otra vez, esto no es nada, regresamos compadre", expresó el migrante hondureño Elmer Antonio.
Ante ello, las autoridades mexicanas retiraron a los cientos de elementos que habían desplegado para evitar que se repitieran escenas como cuando los centroamericanos irrumpieron violentamente en esa área.
El gobierno mexicano sigue exhortando a los migrantes a no cruzar a este territorio de forma ilegal, en tanto la vigilancia en la zona fronteriza ha vuelto a la normalidad.
Pero a pesar de ello, hubo miembros de ese grupo que siguió avanzando y este día se entregó a los agentes mexicanos para que ellos decidieran su suerte.
"Que se haga lo que Dios quiera, que se haga el permiso o que nos regresen, ya que Dios decida", dijo Máximo Mena, quien cruzó la frontera mexicana.
Los representantes de Migración anticiparon que revisarán la estancia legal de los extranjeros y anunciaron sanciones a quienes incumplan las medidas sanitarias por la pandemia que aquí se vive.
