MÉXICO - La espera hace más tormentosa la angustia, la necesidad de saber quiénes de los que están formados darán positivo en la prueba del COVID-19.
"Mi cuñado tuvo síntomas, fue al doctor y le dijeron que era negativo, pero él tenía todos los síntomas y el día de ayer falleció", relata Guadalupe Bueno.
La mujer y sus cuatro hijos fueron a realizarse el examen. En el kiosko de la salud le confirmaron lo que tanto temía, pero solo le dieron el diagnóstico y después siguieron su camino.
"-¿En qué vino? -En el metro. -¿Cómo se va ahorita? .-.Igual en el metro".
Con su prueba positiva y solo algunas recomendaciones Jazmín Núñez también regresó a su hogar en el transporte público.
"Me dicen que mande un mensaje en donde me dan un kit de despensa, un paracetamol y cubrebocas", dice Núñez.
En estos espacios de detección instalados por el gobierno de la ciudad ya no se dan abasto para realizar las muestras, de las que más de 20% resultan con la enfermedad.
Lo mismo ocurre en los hospitales capitalinos donde la ocupación de las camas ya llegó a su límite y en muchos estados de la república en los que el coronavirus ya ha dejado más de 108,000 muertos.
Y mientras las filas para realizarse la prueba siguen creciendo, el gobierno federal reveló que la próxima semana dará a conocer el esquema de vacunación para contrarrestar a este virus.
Pero en tanto, Andrés Manuel López Obrador exhortó a los mexicanos a no hacer fiestas, ni reuniones y a guardar la sana distancia.
"Si no tienes nada importante que hacer no salgamos a las calles", dijo.
El mandatario descartó implementar un toque de queda y dejó de lado el uso del cubrebocas, tal y como lo dijo hace unos días.
"No es indispensable", expresó López Obrador sobre el uso del cubrebocas.
Esta misma semana, la Organización Mundial de la Salud llamó a México a “tomar en serio al pandemia” ante el evidente aumento de contagios.