La Fiscalía de Ciudad de México da a conocer el dictamen de lo ocurrido en mayo.
CIUDAD DE MÉXICO - Ni un solo día sus lágrimas han dejado de caer sobre sus mejillas, hasta su roto corazón. Por eso, Amelia Soto pide que castiguen a los responsables del colapso del Metro, ocurrido en mayo y en el cual su hijo y 25 personas más murieron.
"Yo voy a luchar para que haya justicia, voy a luchar hijo, te lo prometo”, subraya Soto.
Frente al altar donde recuerda al joven, la mujer al igual que las familias de todos los afectados se congratuló de que el gobierno capitalino haya anunciado que llevarán ante un juez a los responsables de la tragedia.
"Al que tenga que pagar que lo pague, porque no es justo lo que nosotros estamos sufriendo", dice Soto.
El peritaje final reveló que personas y empresas cometieron omisiones que culminaron con el desplome de un tramo de la Línea 12 y los vagones.
"El colapso fue fundamentalmente originado por los errores en su construcción", dijo el portavoz de la Fiscalía capitalina, Ulises Lara.
La Fiscalía capitalina informó que las personas presuntamente involucradas serán procesadas penalmente bajo los cargos de homicidio, lesiones y daño a la propiedad.
“Claro que deben de hallar un culpable", considera Benito Alvarado, uno de los sobrevivientes, quien ha estado cinco meses en cama y apenas puede caminar, por lo que urgió a que la justicia llegue para todos los afectados.
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"Está bien que el gobierno encuentre culpables y que se den cuenta cómo quedamos nosotros principalmente", señala Alvarado.
La Fiscalía anunció que busca que las empresas señaladas lleguen a un acuerdo reparatorio de los daños.
Alfonso López y otro sobreviviente más esperan que eso llegue a concretarse, ya que es una esperanza para quienes como él, no han podido recuperarse.
"Que sea justo con la gente, tanto con las personas que perdieron la vida y las que quizá no volvamos a estirar la mano o no vuelvan a caminar", dice López.
Pero, para los que todos los días extrañan a los suyos, mas allá de cualquier dinero, esperan un castigo ejemplar a los responsables para que nunca más nadie vuelva a enlutar impunemente a una familia.
