DEIR AL-BALAH, Franja de Gaza (AP) — Israel inhabilitó el servicio telefónico y de internet en la Franja de Gaza tras un intenso bombardeo la noche del viernes, dejando a sus 2,3 millones de habitantes incomunicados entre sí y con el exterior, generando un apagón de información casi total, mientras que el mando militar israelí anunció que “ampliaría” sus operaciones por tierra en el territorio palestino.
El anuncio del ejército indicaba que se estaba acercando a una invasión total de Gaza, con el propósito de aplastar al grupo gobernante Hamás después de su sangrienta incursión en el sur de Israel hace tres semanas.
Las explosiones de los bombardeos iluminaron el cielo sobre Ciudad de Gaza durante horas después del anochecer. El proveedor de telecomunicaciones palestino, Paltel, subrayó que dichos ataques provocaron la “interrupción total" de los servicios de internet y telefonía, tanto celular como por cable.
Debido a la interrupción, no es posible conocer por el momento las bajas causadas por los ataques ni los detalles de las incursiones terrestres. Algunos teléfonos por satélite seguían funcionando.
La población palestina, de antemano sumida en la oscuridad luego de que Israel cortó el suministro de electricidad y combustible hace semanas, ahora estaba aislada, apiñada en casas y refugios, y se le estaban agotando el agua y los alimentos.
Los familiares afuera de Gaza entraron en pánico después que sus chats de mensajería con familias en el interior dejaron repentinamente de actualizarse y las llamadas no se conectaban.
“Tenía mucho miedo de que esto sucediera”, dijo Wafaa Abdul Rahman, directora de una organización feminista con sede en la ciudad cisjordana de Ramala. Añadió que durante horas no había tenido noticias de su familia en el centro de Gaza.
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“Hemos estado viendo estas cosas horribles y masacres en directo por televisión, así que ahora, ¿qué pasará cuando haya un apagón total?”, preguntó, refiriéndose a las escenas de familias aplastadas en sus casas por los bombardeos israelíes de las últimas semanas.
El portavoz militar israelí, contralmirante Daniel Hagari, dijo que las fuerzas terrestres estaban “ampliando su actividad” el viernes por la noche en Gaza y “actuando con gran fuerza... para lograr los objetivos de la guerra”. Israel afirma que sus ataques se dirigen contra combatientes e infraestructura de Hamás y que los militantes operan entre civiles, lo que pone a éstos en peligro.
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El centro de prensa de Hamás informó de intensos enfrentamientos nocturnos con las fuerzas israelíes en diversos sitios, incluido lo que dijo era una incursión israelí al este del Campamento de Bureij. Al preguntársele acerca del reporte, el ejército de Israel reiteró el sábado en la madrugada que había estado llevando a cabo redadas enfocadas en ciertos sitios y ampliando los ataques con el objetivo de “preparar el terreno para etapas futuras de la operación”.
Israel ha acumulado cientos de miles de soldados a lo largo de la frontera a la espera de una ofensiva terrestre. Horas antes el viernes, el ejército israelí declaró que las fuerzas terrestres habían llevado a cabo su segunda incursión de varias horas en Gaza en igual número de días, y que atacaron docenas de objetivos en las últimas 24 horas.
El número de palestinos muertos en Gaza ha superado los 7.300, de los cuales más del 60% son mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza. El asedio de Israel contra Gaza ha significado una disminución de los suministros de alimentos, combustible, agua y medicinas, y la ONU advirtió que sus operaciones de ayuda para cientos de miles de personas se estaban “desmoronando” debido a la falta de combustible.
Más de 1.400 personas murieron en Israel durante el ataque de Hamás del 7 de octubre, y al menos 229 fueron tomadas como rehenes y llevadas a Gaza. Los combatientes palestinos han disparado miles de cohetes contra Israel, entre ellos uno que impactó en un edificio residencial en Tel Aviv el viernes, hiriendo a cuatro personas.
El número total de muertes hasta ahora ya supera con creces el número combinado de las cuatro guerras anteriores entre Israel y Hamás, estimado en unas 4.000.
El ministro de Defensa israelí Yoav Gallant dijo que Israel prevé que pronto haya una ofensiva terrestre larga y difícil en Gaza. “Llevará largo tiempo" desmantelar la vasta red de túneles de Hamás, señaló, y agregó que prevé una larga fase de combates de menor intensidad a medida que Israel destruya "focos de resistencia".
Sus comentarios apuntan a una nueva fase de la guerra potencialmente extenuante y sin fin a la vista tras tres semanas de bombardeos incesantes. Israel ha dicho que su objetivo es aplastar el gobierno de Hamás en Gaza y su capacidad de amenazar a Israel. Pero se desconoce cómo es que se llegará a la conclusión de que Hamás ha sido derrotado y cuándo finalizará la invasión. El gobierno israelí dice que no pretende gobernar el pequeño territorio, pero tampoco señala quién espera que lo gobierne, incluso aunque Gallant dejó entrever que podría surgir actividad insurgente a largo plazo.
El conflicto amenaza con desatar una guerra más amplia en la región. Las naciones árabes —incluidas las que son aliadas estadounidenses y las que han alcanzado acuerdos de paz o han normalizado sus relaciones con Israel— han planteado su creciente preocupación por una potencial invasión terrestre, que probablemente traerá consigo cifras de muertes aún más elevadas por los combates urbanos.
El ministro jordano de Asuntos Exteriores, Ayman Safadi, advirtió en X, antes conocido como Twitter, que el “desenlace será una catástrofe humanitaria de proporciones épicas durante años por venir”.
Sin electricidad, sin comunicaciones y sin agua, muchas de las personas atrapadas en Gaza tenían pocas opciones salvo aguardar en sus viviendas o buscar la relativa seguridad de escuelas y hospitales a medida que Israel ampliaba sus bombardeos el sábado en la madrugada.
Durante toda la noche, las explosiones generaban bolas anaranjadas de llamas en el horizonte de Ciudad de Gaza, que iluminaban brevemente nubes de humo blanco generadas por bombardeos previos y que aún permanecían en el aire. Algunos de los estallidos ocurrían casi consecutivos, aparentemente golpeando el mismo sitio.
Lynn Hastings, coordinadora humanitaria de la ONU para los territorios ocupados, publicó en X que sin líneas telefónicas ni internet, los hospitales y las operaciones de ayuda no podrían funcionar. La Media Luna Roja dijo que no podía ponerse en contacto con los equipos médicos y que los residentes ya no podían llamar a las ambulancias, lo que significa que los rescatistas tendrían que perseguir el sonido de las explosiones para encontrar a los heridos. Los grupos internacionales de ayuda afirmaron que sólo pudieron contactar a unos pocos miembros de su personal mediante teléfonos satelitales.
El Comité para la Protección de los Periodistas expresó su alarma y afirmó que el mundo “está perdiendo una ventana a la realidad” del conflicto. Advirtió que el vacío informativo “puede llenarse con propaganda letal y desinformación”.
La pérdida de internet y de la telefonía propina un golpe adicional a un sistema médico y de ayuda que los trabajadores de asistencia dijeron ya estaba a punto de venirse abajo, abrumado por el número de heridos y la escasez de suministros debido al bloqueo impuesto por Israel desde hace semanas. Más de 1,4 millones de personas han huido de sus viviendas, y casi la mitad se han hacinado en escuelas y albergues operados por la ONU. Los trabajadores de ayuda humanitaria dicen que el exiguo flujo de suministros que Israel permitió que ingresara desde Egipto la semana pasada es una fracción mínima de lo que se requiere.
Los hospitales de Gaza han estado buscando combustible para hacer funcionar los generadores de emergencia que alimentan las incubadoras y otros equipos médicos.
Gallant dijo que Israel cree que Hamás confiscaría cualquier combustible que ingrese. Indicó que Hamás utiliza generadores para bombear aire a sus túneles, que se originan en áreas civiles. Mostró a los reporteros tomas aéreas de lo que dijo era el tiro de un túnel perforado junto a un hospital.
“Para obtener aire, necesitan petróleo. Para el petróleo, nos necesitan”, comentó.
El viernes por la noche, el ejército difundió fotografías en las que dijo se veían instalaciones de Hamás dentro y en los alrededores del Hospital Shifa, el más grande de Gaza. Israel ya ha hecho tales afirmaciones antes, pero declinó decir cómo obtuvo las fotos.
Las afirmaciones del ejército y de Gallant no pudieron ser verificadas en forma independiente.
En declaraciones efectuadas en el Hospital Shifa, el jefe de prensa de Hamás, Salama Maroof, calificó los dichos de Israel de “mentiras” y dijo que eran “un precursor para atacar esta instalación” médica.
“Hago sonar la señal de alarma. Hay un peligro inminente que se cierne sobre la instalación médica” y los que están en ella, advirtió Maroof. El hospital se ha visto abrumado por la llegada de miles de pacientes y personas heridas, y aproximadamente 40.000 residentes desplazados han atestado sus terrenos y los alrededores en busca de refugio.
Al preguntársele si el ejército tiene planeado atacar el hospital Al Shifa, Hagari respondió: “No podremos permitir actividades terroristas contra Israel lanzadas desde hospitales".
También acusó a Hamás de utilizar “a su propia población como escudo humano”.
Cientos de miles de personas continúan en el norte de Gaza, incapaces o reacias a evacuar hacia el sur como Israel ha ordenado. Folletos israelíes arrojados en Gaza afirman que las personas que se queden allí podrían ser consideradas “cómplices” de Hamás.
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Federman informó desde Tel Aviv y Mroue desde Beirut. Najib Jobain en Rafah, Franja de Gaza; Jack Jeffery en El Cairo, Isabel DeBre en Jerusalén y Brian Melley en Londres contribuyeron a este despacho.